Después del accidente.
El problema de la noche sigue intacto. ¿Cómo atravesarla, cómo atravesarla por completo cada vez?
¡Qué pesados son mis segundos!
Nunca los hubiera creido tan pesados. Instantes elefantiásicos.
Lejos de todo, nada a la vista, sin embargo como unos ruidos a través de un filtro...
Oigo palabras ininterrumpidas, como si dijeran sin cesar, cómo si repitieran: labrador, labrador, labrador...
Una bolsa me sacude, sin fondo. Sin puertas, y yo como una larga boa extraviada. He perdido incluso a mis enemigos.
Oh espacio, espacio abstracto.
Calma, calma que hace rodar trenes. Calma monumentalmente vacía. No más proa. Quilla empujada. Quilla mecida.
¿Nausea o acaso es la muerte que llega?
Ríndete, corazón mio. Hemos luchado bastante, que mi vida se detenga No hemos sido cobardes, hicimos lo que pudimos.
¡Oh, alma mia! Te vas o te quedas Tienes que decidirte, No palpes así mis órganos, A veces con atención, otras con extravío, te vas o te quedas, tienes que decidirte.
Yo ya no puedo más...
(...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario